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Lucas 24:13–36

Jesús se manifiesta a dos discípulos

13 Y he aquí que aquel mismo día dos de ellos iban a una aldeaa llamada Emaús, que estaba como a once kilómetros1 de Jerusalén.

14 Y conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían acontecido.

15 Y sucedió que mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos.

16 Pero sus ojos estaban velados1 para que no le reconocierana.

17 Y Él les dijo: ¿Qué discusiones1 son estas que tenéis entre vosotros mientras vais andando? Y ellos se detuvieron, con semblante triste.

18 Respondiendo uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único visitante en Jerusalén que no sabe1 las cosas que en ella han acontecido en estos días?

19 Entonces Él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: Las referentes a Jesús el Nazarenoa, que fue un profeta1b poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

20 y cómo los principales sacerdotes y nuestros gobernantesa le entregaron a sentencia de muerte y le crucificaron.

21 Pero nosotros esperábamos que Él era el que iba a redimir a Israela. Pero además de todo esto, este es el tercer día desde que estas cosas acontecieron.

22 Y1 también algunas mujeres de entre nosotros nos asombraron; pues cuando fueron de madrugada al sepulcroa,

23 y al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto una aparición de ángeles que decían que Él vivía.

24 Algunos de los que estaban con nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron tal como también las mujeres habían dicho; pero a Él no le vieron.

25 Entonces Jesús1 les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dichoa!

26 ¿No era necesario que el Cristo1 padeciera todas estas cosas y entrara en su gloriaa?

27 Y comenzando por1 Moisésa y continuando con1 todos los profetasb, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras.

28 Se acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba más lejosa.

29 Y ellos le instaron, diciendo: Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado. Y entró a quedarse con ellos.

30 Y sucedió que al sentarse1 a la mesa con ellos, tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dioa.

31 Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocierona; pero Él desapareció de la presencia de ellos.

32 Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría1 las Escriturasa?

33 Y levantándose en esa misma hora, regresaron a Jerusalén, y hallaron reunidos a los oncea y a los que estaban con ellosb,

34 que decían: Es verdad que el Señor ha resucitadoa y se ha aparecido a Simónb.

35 Y ellos contaban sus experiencias1 en el camino, y cómo le habían reconocido en el partir del pana.

Jesús se aparece a los discípulos

36 Mientras ellos relataban estas cosas, Jesús1 se puso en medio de ellosa, y les dijo: Paz a vosotros.

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