Cargando…

Hechos de los Apóstoles 2:22–38

22 Varones israelitas, escuchad estas palabras: Jesús el Nazarenoa, varón confirmado1 por Dios entre vosotros con milagros2, prodigios y señales3b que Dios hizo en medio vuestro a través de Élc, tal como vosotros mismos sabéis,

23 a este, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento1 de Diosa, clavasteis en una cruz por manos de impíos2 y le matasteisb,

24 a quien Dios resucitóa, poniendo fin a la agonía1 de la muerte, puesto que no era posible que Él quedara bajo el dominio de ellab.

25 Porque David dice de Él:

aVeía siempre al Señor en mi presencia;

pues está a mi diestra para que yo no sea conmovido.

26 Por lo cual mi corazón se alegró y mi lengua se regocijó;

y aun hasta mi carne descansará en esperanza;

27 pues tu no abandonarás mi alma en el Hades1a,

ni permitirás2 que tu Santo vea corrupciónb.

28 Me has hecho conocer los caminos de la vida;

me llenarás de gozo con tu presencia.

29 Hermanos1, del patriarcaa David os puedo decir confiadamente que murió y fue sepultadob, y su sepulcroc está entre nosotros hasta el día de hoy.

30 Pero siendo profetaa, y sabiendo que Dios le había jurado sentar a uno de sus descendientes1 en su tronob,

31 miró hacia el futuro y habló de la resurrección de Cristo1, que ni fue abandonado en el Hades2, ni su carne sufrió3 corrupcióna.

32 A este Jesús resucitó Diosa, de lo cual todos nosotros somos testigosb.

33 Así que, exaltado a1 la diestra de Diosa, y habiendo recibido del Padre la promesab del Espíritu Santoc, ha derramadod esto que vosotros veis y oís.

34 Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice:

aDijo el Señor a mi Señor:

«Siéntate a mi diestra,

35 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies».

36 Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israela, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteisb, Dios le ha hecho Señor y Cristo1c.

Efectos del sermón de Pedro

37 Al oír esto, compungidos de corazón1, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos2, ¿qué haremosa?

38 Y Pedro les dijo: Arrepentíosa y sed bautizadosb cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Leer más



Un servicio de Software Bíblico Logos