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aSucedió que cuando el rey ya moraba en su casa, y el Señor le había dado descanso de sus enemigos por todos lados,
2 el rey dijo al profeta Natána: Mira, yo habito en una casa de cedrob, pero el arca de Dios mora en medio de cortinasc.
3 Entonces Natán dijo al rey: Ve, haz todo lo que está en tu corazóna, porque el Señor está contigo.
4 Y sucedió que esa misma noche la palabra del Señor vino a Natán, diciendo:
5 Ve y di a mi siervo David: “Así dice el Señor: ‘¿Eres tú el que me va a edificar una casa para morar en ellaa?
6 ‘Pues no he morado en una casa desde el día en que saqué de Egipto a los hijos de Israel hasta hoya, sino que he andado errante en una tienda, en un tabernáculo1b.
7 ‘Dondequiera que he ido con todos los hijos de Israela, ¿hablé palabra a alguna de las tribus de Israel, a la cual haya ordenado que pastoreara a mi pueblo Israelb, diciendo: “¿Por qué no me habéis edificado una casa de cedro?” ’ ”
8 Ahora pues, así dirás a mi siervo David: “Así dice el Señor de los ejércitos: ‘Yo te tomé del pastizal, de seguir las ovejasa, para que fueras príncipe sobre mi pueblo Israelb.
9 ‘Y he estado contigo por dondequiera que has idoa y he exterminado1 a todos tus enemigos de delante de tib, y haré de ti un gran nombre como el nombre de los grandes que hay en la tierra.
10 ‘Asignaré también un lugar para mi pueblo Israel, y lo plantaré allí a fin de que habite en su propio lugar y no sea perturbado de nuevoa, ni les aflijan más los malvados1 como antesb,
11 y como desde el día en que ordené que hubiera jueces sobre mi pueblo Israela; te daré reposo de todos tus enemigosb, y el Señor también te hace saber que el Señor te edificará una casac.
12 ‘Cuando tus días se cumplan y reposes con tus padresa, levantaré a tu descendiente1 después de ti, el cual saldrá de tus entrañas, y estableceré su reinob.
13 ‘El edificará casa a mi nombrea, y yo estableceré el trono de su reino para siempreb.
14 ‘Yo seré padre para él y él será hijo para mía. Cuando cometa iniquidad, lo corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombresb,
15 pero mi misericordia no se apartará de él, como la aparté de Saúla a quien quité de delante de ti.
16 ‘Tu casa y tu reino permanecerán para siempre delante de mí1; tu trono será establecido para siemprea.’ ”
17 Conforme a todas estas palabras y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.
¶18 Entonces el rey David entró y se sentó delante del Señor y dijo: ¿Quién soy yo, oh Señor Dios1a, y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí?
19 Y aun esto fue insignificante ante tus ojos, oh Señor Dios, pues también has hablado de la casa de tu siervo concerniente a un futuro lejanoa. Y esta es la ley de los hombres1, oh Señor Diosb.
20 ¿Y qué más podría decirte David? Pues tú conoces a tu siervo, oh Señor Diosa.
21 A causa de tu palabra, conforme a tu propio corazón, tú has hecho toda esta grandeza, para que lo sepa tu siervoa.
22 Oh Señor Dios, por eso tú eres grande; pues no hay nadie como túa, ni hay Dios fuera de tib, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídosc.
23 ¿Y qué otra nación en la tierra es como tu pueblo Israel, al cual viniste1 a redimir para ti2 como pueblo, a fin de darte3 un nombrea, y hacer grandes cosas a su favor y cosas portentosasb para tu tierra, ante tu pueblo que rescataste para ti de Egiptoc, de naciones y de sus dioses?
24 Pues tú has establecido para ti a tu pueblo Israela como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, has venido a ser su Diosb.
25 Y ahora, oh Señor Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado acerca de tu siervo y acerca de su casa, y haz según has hablado.
26 Y sea engrandecido tu nombre para siempre, al decirse: “El Señor de los ejércitos es Dios sobre Israel”; y que la casa de tu siervo David sea establecida delante de tia.
27 Porque tú, oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel, has revelado a1 tu siervo, diciendo: “Yo te edificaré casa”; por tanto, tu siervo ha hallado ánimo para elevar2 esta oración a tia.
28 Ahora pues, oh Señor Dios, tú eres Dios, tus palabras son verdad y tú has prometido1 este bien a tu siervoa.
29 Y ahora, ten a bien bendecir la casa de tu siervo, a fin de que permanezca1 para siempre delante de ti; porque tú, oh Señor Dios, has hablado y con tu bendición será bendita para siempre la casa de tu siervoa.
aDespués de esto, sucedió que David derrotó1 a los filisteos y los sometió, y David tomó el mando de la ciudad principal2 de mano de los filisteos.
2 Y derrotó a Moaba, y los midió con cordel, haciéndolos tenderse en tierra; y midió dos cordeles para darles muerte, y un cordel entero para dejarlos vivos. Y los moabitas fueron siervos de Davidb, trayéndole tributoc.
¶3 David derrotó también a Hadad-ezer, hijo de Rehob, rey de Sobaa, cuando éste iba a restaurar su dominio1 en el río2b.
4 David le tomó mil setecientos hombres de a caballo y veinte mil soldados de a pie; David desjarretó los caballos de los carrosa, pero dejó suficientes de ellos para cien carros.
5 Cuando vinieron los arameos de Damascoa en ayuda de Hadad-ezer, rey de Soba, David mató a veintidós mil hombres de los arameos.
6 Entonces David puso guarniciones entre los arameos de Damasco, y los arameos fueron siervos de David, trayéndole tributoa. Y el Señor ayudaba a Davidb dondequiera que iba.
7 Tomó David los escudos de oro que llevaban1 los siervos de Hadad-ezer, y los trajo a Jerusalén.
8 Y de Beta1 y de Berotai, ciudades de Hadad-ezera, el rey David tomó una gran cantidad de bronce.
¶9 Cuando Toi, rey de Hamata, oyó que David había derrotado1 a todo el ejército de Hadad-ezer,
10 Toi envió a su hijo Joram1 al rey David, para saludarlo2 y bendecirlo, porque había peleado contra Hadad-ezer y lo había derrotado3; pues Hadad-ezer había estado en guerra4 con Toi. Y Joram trajo consigo5 objetos de plata, de oro y de bronce,
11 que el rey David dedicó también al Señor, junto con la plata y el oroa que había dedicado de todas las naciones que él había sometido:
12 de Aram1 y Moaba, de los hijos de Amónb, de los filisteosc y de Amalecd, y del botín de Hadad-ezer, hijo de Rehob, rey de Soba.
¶13 Y se hizo David de renombre cuando regresó de derrotar1 a dieciocho mil arameos2a en el valle de la Salb.
14 Puso guarniciones en Edom; por todo Edom puso guarniciones, y todos los edomitas fueron siervosa de David. Y el Señor daba la victoria a David dondequiera que ibab.
¶15 David reinó sobre todo Israel, y administraba1 justicia y derecho a todo su pueblo.
16 Joab, hijo de Sarvia, era jefea del1 ejército, y Josafat, hijo de Ahiludb, era cronistac;
17 Sadoc, hijo de Ahitoba, y Ahimelec, hijo de Abiatar, eran sacerdotesb, y Seraías era secretarioc;
18 Benaía, hijo de Joiadaa, era jefe de1 los cereteos y peleteosb; y los hijos de David eran ministros principales2c.
Bondad de David hacia Mefiboset
Dijo David: ¿Hay todavía alguno que haya quedado de la casa de Saúl, para que yo le muestre bondad por amor a Jonatána?
2 Y había un siervo de la casa de Saúl que se llamaba Siba, y lo llamaron ante David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu servidora.
3 Y dijo el rey: ¿No queda aún alguien de la casa de Saúl a quien yo pueda mostrar la bondad de Diosa? Y Siba respondió al rey: Aún queda un hijo de Jonatán lisiado de ambos piesb.
4 El rey le dijo: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir, hijo de Amiel, en Lodebara.
5 Entonces el rey David mandó traerlo de la casa de Maquir, hijo de Amiel, de Lodebar.
6 Y Mefiboset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, vino a David, y cayendo sobre su rostro, se postróa. Y David dijo: Mefiboset. Y éste respondió: He aquí tu siervo.
7 David le dijo: No temas, porque ciertamente te mostraré bondad por amor a tu padre Jonatána, y te devolveré toda la tierra1b de tu abuelo2 Saúl; y tú comerás3 siempre a mi mesac.
8 Se postró él de nuevo, y dijo: ¿Quién es tu siervo, para que tomes en cuenta a un perro muerto como yoa?
¶9 Entonces el rey llamó a Siba, siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que pertenecía a Saúl y a su casa, lo he dado al nieto1 de tu señora.
10 Y tú, tus hijos y tus siervos cultivaréis la tierra para él, y le llevarás los frutos para que el nieto1 de tu señor tenga alimento; sin embargo, Mefiboset, nieto1 de tu señor, comerá2 siempre a mi mesaa. Siba tenía quince hijos y veinte siervos.
11 Respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que mi señor el rey mande a su siervo, así hará tu siervo. Y Mefiboset comió a la mesa de David1 como uno de los hijos del reya.
12 Mefiboset tenía un hijo pequeño que se llamaba Micaía. Todos los que moraban en la casa de Siba eran siervos de Mefiboset;
13 pero Mefiboset moraba en Jerusalén, porque siempre comía a la mesa del reya. Estaba lisiado de ambos piesb.
Humillación de los siervos de David
aSucedió después de esto que murió el rey de los hijos de Amónb, y su hijo Hanún reinó en su lugar.
2 Y David dijo: Seré bondadoso con Hanún, hijo de Nahasa, tal como su padre fue bondadoso conmigo. Envió, pues, David algunos1 de sus siervos para consolarlo por la muerte de su padre. Pero cuando los siervos de David llegaron a la tierra de los amonitas,
3 los príncipes de los amonitas dijeron a Hanún su señor: ¿Crees tú que David está1 honrando a tu padre porque te ha enviado consoladores? ¿No te ha enviado David sus siervos para reconocer la ciudad, para espiarla y conquistarlaa?
4 Entonces Hanún tomó a los siervos de David, les rasuró la mitad de la barba, les cortó los vestidosa por la mitad hasta las caderas, y los despidiób.
5 Cuando le avisaron a David, envió a encontrarlos, porque los hombres estaban sumamente avergonzados. Y el rey les dijo: Quedaos en1 Jericó hasta que os crezca la barba, y después volved.
¶6 Al ver los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a Davida, los hijos de Amón mandaron a tomar a sueldo a los arameos de Bet-rehobb y a los arameos de Sobac, veinte mil soldados de a pie, y del rey de Maacad mil hombres, y de
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1 | O, una morada |
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1 | * , cortado |
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1 | * , hijos de maldad |
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1 | * , simiente |
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1 | Heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y así en el resto del cap. |
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1 | O, costumbre del hombre |
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1 | * , Dios vino |
2 | * , para sí |
3 | * , darse |
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1 | * , has destapado el oído de |
2 | * , ha hallado su corazón para orar |
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1 | * , hablado |
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1 | * , esté |
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1 | * , hirió, y así en el resto del cap. |
2 | * , la rienda de la ciudad madre |
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1 | * , mano |
2 | I.e., el Eufrates |
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1 | * , estaban sobre |
1 | En 1 Crón. 18:8, Tibhat |
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1 | * , herido |
1 | En 1 Crón. 18:10, Adoram |
2 | * , preguntarle por su bienestar |
3 | * , herido |
4 | * , era un hombre de guerras |
5 | * , había en su mano |
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1 | Algunos * y las versiones gr. y siriaca dicen: de Edom |
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1 | * , herir |
2 | Algunos * y las versiones gr. y siriaca dicen: de Edom |
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1 | * , y David hacía |
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1 | * , estaba sobre el |
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1 | * , y |
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2 | * , sacerdotes |
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1 | * , el campo |
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2 | * , padre |
3 | * , comerás pan |
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1 | * , hijo |
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1 | * , hijo |
2 | * , comerá pan |
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1 | * , a mi mesa |
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1 | * , por mano |
1 | * , En tus ojos está David |
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1 | * , Volveos a |
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