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1 Corintios 6–14

Capitulo 6

El cristiano y los tribunales civiles

¿Se atreve alguno de vosotros, cuando tiene algo1 contra su prójimo, a ir a juicio ante los incrédulos2 y no ante los santosa?

2 ¿O no sabéisa que los santos han de juzgarb al mundoc? Y si el mundo es juzgado por vosotros, ¿no sois competentes para juzgar los casos más triviales1?

3 ¿No sabéisa que hemos de juzgar a los ángeles? ¡Cuánto más asuntos de esta vida!

4 Entonces, si tenéis tribunales que juzgan los casos de esta vida, ¿por qué ponéis por jueces a los que nada son en la iglesia?

5 Para vergüenza vuestra lo digoa. ¿Acaso no hay entre vosotros algún hombre sabio que pueda juzgar entre sus hermanosb,

6 sino que hermano contra hermano litiga, y esto ante incrédulosa?

7 Así que, en efecto, es ya un fallo entre vosotros el hecho de que tengáis litigios entre vosotros. ¿Por qué no sufrís mejor la injusticia? ¿Por qué no ser mejor defraudadosa?

8 Por el contrario, vosotros mismos cometéis injusticias y defraudáis, y esto a los hermanosa.

9 ¿O no sabéisa que los injustos no heredarán el reino de Diosb? No os dejéis engañarc: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexualesd,

10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores1, ni los estafadores heredarán el reino de Diosa.

11 Y esto erais algunos de vosotrosa; pero fuisteis lavadosb, pero fuisteis santificadosc, pero fuisteis justificadosd en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.

El cuerpo es templo del Espíritu Santo

12 Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provechoa. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.

13 Los alimentos son para el estómago1a y el estómago1 para los alimentos, pero Dios destruiráb a los dos2. Sin embargo, el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señorc, y el Señor es para el cuerpod.

14 Y Dios, que resucitó al Señora, también nos resucitaráb a nosotros mediante su poder.

15 ¿No sabéisa que vuestros cuerpos son miembros de Cristob? ¿Tomaré, acaso, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡De ningún modoc!

16 ¿O no sabéisa que el que se une a una ramera es un cuerpo con ella? Porque Él dice: Los dos vendrán a ser una sola carneb.

17 Pero el que se une al Señor, es un espíritu con Éla.

18 Huid de la fornicacióna. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo.

19 ¿O no sabéisa que vuestro cuerpo es templo1b del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros2c?

20 Pues por precio habéis sido compradosa; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpob 1y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Capitulo 7

Respuestas acerca del matrimonio

En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombrea no tocar mujer.

2 No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.

3 Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido.

4 La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.

5 No os privéis el uno del otroa, excepto de común acuerdo y por cierto1 tiempo, para dedicaros a la oración; volved después a juntaros2 a fin de que Satanásb no os tiente por causa de vuestra falta de dominio propio.

6 Mas esto digo por vía de concesión, no como una ordena.

7 Sin embargo1, yo desearía que todos los hombres fueran como yoa. No obstante, cada cual ha recibido2 de Dios su propio donb, uno de esta manera y otro de aquélla.

8 A los solteros y a las viudas digo que es bueno para ellosa si se quedan como yob.

9 Pero si carecen de dominio propio, cásensea; que mejor es casarse que quemarse.

10 A los casados instruyo, no yo, sino el Señora: que la mujer no debe dejar al1 marido

11 (pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su marido), y que el marido no abandone a su mujer.

12 Pero a los demás digo yo, no el Señora, que si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.

13 Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido.

14 Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente1; de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mas ahora son santosa.

15 Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe; en tales casos el hermano o la hermana no están obligados1, sino que Dios nos2 ha llamado para vivir en paza.

16 Pues ¿cómo sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? ¿O cómo sabes tú, marido, si salvarás a tu mujera?

Andad en la voluntad de Dios

17 Fuera de esto1, según el Señor ha asignado a cada unoa, según Dios llamó a cada cual, así ande. Y esto ordeno en todas las iglesiasb.

18 ¿Fue llamado alguno ya circuncidado? Quédese circuncidado1. ¿Fue llamado alguno estando incircuncidado2? No se circuncidea.

19 La circuncisión nada es, y nada es la incircuncisióna, sino el guardar los mandamientos de Diosb.

20 Cada uno permanezca en la condición1 en que fue llamadoa.

21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te preocupes; aunque si puedes obtener tu libertad1, prefiérelo2.

22 Porque el que fue llamado por1 el Señor siendo esclavo, liberto es del Señora; de la misma manera, el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristob.

23 Comprados fuisteis por precioa; no os hagáis esclavos de los hombres.

24 Hermanos, cada uno permanezca con Dios en la condición1 en que fue llamadoa.

Sobre casarse o no casarse

25 En cuanto a las doncellas1 no tengo mandamiento del Señora, pero doy mi opinión como el que habiendo recibido la misericordia del Señorb es digno de confianza.

26 Creo, pues, que esto es bueno en vista de la presente1 afliccióna; es decir, que es bueno que el hombreb se quede como está2.

27 ¿Estás unido1 a mujer? No procures separarte2. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer.

28 Pero si te casas, no has pecado; y si una doncella se casa, no ha pecado. Sin embargo, ellos1 tendrán problemas en esta vida2, y yo os los quiero evitar.

29 Mas esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortadoa; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran;

30 y los que lloran, como si no lloraran; y los que se regocijan, como si no se regocijaran; y los que compran, como si no tuvieran nada;

31 y los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamentea; porque la apariencia de este mundo es pasajerab.

32 Mas quiero que estéis libres de preocupación. El soltero se preocupa por las cosas del Señor, cómo puede agradar al Señora;

33 pero el casado se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer,

34 y sus intereses están divididos. Y la mujer que no está casada y la doncella se preocupan1 por las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

35 Y esto digo para vuestro propio beneficio; no para poneros restricción, sino para promover lo que es honesto y para asegurar vuestra constante devoción al Señor.

36 Pero si alguno cree que no está obrando correctamente con respecto a su hija virgen, si ella es de edad madura, y si es necesario que así se haga, que haga lo que quiera, no peca; que se case1.

37 Pero el que está firme en su corazón, y sin presión alguna1, y tiene control sobre2 su propia voluntad, y ha decidido en su corazón conservar soltera3 a su hija, bien hará.

38 Así los dos, el que da en matrimonio a su hija virgen, hace bien; y el que no la da en matrimonio, hace mejor.

39 La mujer está ligada mientras el marido vive; pero si el marido muere1, está en libertada de casarse con quien desee, solo que en el Señorb.

40 Pero en mi opinióna, será más feliz si se queda como está; y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.

Capitulo 8

Libertad cristiana

En cuanto a lo sacrificado a los ídolosa, sabemos que todos tenemos conocimientob. El conocimiento envanece1c, pero el amor edificad.

2 Si alguno cree que sabe algoa, no ha aprendido todavía como debe saberb;

3 pero si alguno ama a Dios, ese es conocido por Éla.

4 Por tanto, en cuanto al comer de lo sacrificado a los ídolosa, sabemos que un ídolo no es nada1b en el mundo, y que no hay sino un solo Diosc.

5 Porque aunque haya algunos llamados diosesa, ya sea en el cielo o en la tierra, como por cierto hay muchos dioses y muchos señores,

6 sin embargo, para nosotros hay un solo Diosa, el Padreb, de quien proceden1 todas las cosasc y nosotros somos para Él; y un Señor, Jesucristod, por quien son todas las cosase y por medio del cual existimos nosotros.

7 Sin embargo, no todos tienen este conocimientoa; sino que algunos, estando acostumbrados al ídolo hasta ahora, comen alimento como si este fuera sacrificado a un ídolo; y su conciencia, siendo débil, se manchab.

8 Pero la comida no nos recomendará a1 Dios, pues ni somos menos2 si no comemos, ni somos más3 si comemosa.

9 Mas tened cuidado, no sea que esta vuestra libertad1 de alguna manera se convierta en piedra de tropiezoa para el débilb.

10 Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimientoa, sentado1 a la mesa en un templo de ídolos, ¿no será estimulada su conciencia, si él es débil, a comer lo sacrificado a los ídolosb?

11 Y por tu conocimientoa se perderá el que es débil, el hermano por quien Cristo muriób.

12 Y así, al pecar contra los hermanos y herir su concienciaa cuando esta es débil, pecáis contra Cristob.

13 Por consiguiente, si la comida hace que mi hermano tropiece, no comeré carne jamás, para no hacer tropezar a mi hermanoa.

Capitulo 9

Pablo defiende su apostolado

¿No soy librea? ¿No soy apóstolb? ¿No he visto a Jesús nuestro Señorc? ¿No sois vosotros mi obra en el Señord?

2 Si para otros no soy apóstol, por lo menos para vosotros sí lo soy; pues vosotros

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