1 Pedro 1:3–8
La esperanza viva del cristiano
¶3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristoa, quien según su gran misericordiab, nos ha hecho nacer de nuevoc a una esperanza vivad, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertose,
4 para obtener una herenciaa incorruptible, inmaculada, y que no se marchitaráb, reservada en los cielos para vosotrosc,
5 que sois protegidos1 por el poder de Diosa mediante la feb, para la salvaciónc que está preparada para ser revelada en el último tiempod.
6 En lo cual os regocijáis grandementea, aunque ahora, por un poco de tiempob si es necesarioc, seáis afligidos con diversas pruebas1d,
7 para que la prueba1 de vuestra fea, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuegob, sea hallada que resulta en alabanzac, gloria y honor en la revelación de Jesucristod;
8 a quien sin haberle vistoa, le amáisb, y a quien ahora no veis, pero creéis en Él, y os regocijáis grandemente con gozo inefable y lleno de gloria1,