¡Alégrense el desierto y el sequedal! ¡Regocíjese el Arabá y florezca como el lirio,
Florezca exuberante y desborde de júbilo,
Alégrese y cante alabanzas!
Porque le fue dada la gloria del Líbano,
La hermosura del Carmelo y de Sarón.
Sí, ellos verán la gloria de YHVH,
La majestad de nuestro Dios.
Fortaleced las manos cansadas,
Afirmad las rodillas endebles,
Decid a los de corazón apocado:
¡Esforzaos, no temáis!
¡He aquí vuestro Dios viene con retribución:
La venganza
Isaiah 35:1–10