Conforme a la fe murieron todos éstos, no habiendo recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, las creyeron y las saludaron, confesando así que eran extranjeros y peregrinos en la tierra.
Porque los que dicen estas cosas dan a entender que buscan una patria,
y si ciertamente se acordaran de aquella de donde salieron, hubieran tenido tiempo de regresar,
pero anhelaban una mejor, esta es, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, pues les preparó
Hebrews 11:13–16