Y al hombre dijo:
Por cuanto atendiste a la voz de tu mujer,
Y comiste del árbol del cual te ordené, diciendo: No comas de él,
¡Maldita sea la tierra por causa tuya!
Con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida,
Espino y abrojo te brotará y
Comerás hierba del campo.
Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que retornes a la tierra,
Porque de ella fuiste tomado,
Pues polvo eres y al polvo volverás.
Genesis 3:17–19