1 Pedro 3:5–7
5Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 6como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor;c de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.
7Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,d dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.