Al amanecer, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron consejo contra Jesús para entregarle a muerte. Y después de atarlo, le llevaron y le entregaron al procurador Pilato.
Entonces Judas, el que le había entregado, al ver que era condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo:
—Yo he pecado entregando sangre inocente.
Pero ellos dijeron:
—¿Qué nos importa a nosotros? ¡Es asunto...
Matthew 27