Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el amor que habéis demostrado por su nombre, porque habéis atendido a los santos y lo seguís haciendo. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma diligencia para ir logrando plena certidumbre de la esperanza hasta el final, a fin de que no seáis perezosos, sino imitadores de los que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
Hebrews 6:10–12