De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor.
—Todo esto te daré si te postras y me adoras.
—¡Vete, Satanás!—le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él.”
Matthew 4:8–10