Por eso, como dice el Espíritu Santo:
«Si ustedes oyen hoy su voz,
no endurezcan el corazón
como sucedió en la rebelión,
en aquel día de prueba en el desierto.
Allí sus antepasados me tentaron y me pusieron a prueba,
a pesar de haber visto mis obras cuarenta años.
Por eso me enojé con aquella generación,
y dije: “Siempre se descarría su corazón,
y no han reconocido mis caminos.”
Así que, en mi enojo, hice...
Hebrews 3:7–4:13