Caía la tarde cuando los dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad. Al verlos, se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra. Les dijo:
—Por favor, señores, les ruego que pasen la noche en la casa de este servidor suyo. Allí podrán lavarse los pies, y mañana al amanecer seguirán su camino.
—No, gracias—respondieron ellos—. Pasaremos la noche en la plaza.
Pero tanto les insistió Lot que fueron con él y entraron en su casa. Allí Lot les preparó...
Genesis 19:1–5