El SEÑOR me dirigió la palabra: «Hijo de hombre, adviértele al rey de Tiro que así dice el SEÑOR omnipotente:
»“En la intimidad de tu arrogancia dijiste:
‘Yo soy un dios.
Me encuentro en alta mar
sentado en un trono de dioses.’
¡Pero tú no eres un dios,
aunque te creas que lo eres!
¡Tú eres un simple mortal!
¿Acaso eres más sabio que Daniel?
¿Acaso conoces todos los secretos?
Con tu sabiduría y tu...
Ezekiel 28:1–26