Después miré, y sobre la bóveda que estaba encima de la cabeza de los querubines vi una especie de piedra de zafiro que tenía la forma de un trono. Y el SEÑOR le dijo al hombre vestido de lino: «Métete entre las ruedas que están debajo de los querubines, toma un puñado de las brasas que están entre los querubines, y espárcelas por toda la ciudad.» Y el hombre se metió allí, mientras yo miraba.
En el momento en que el hombre entró, los querubines estaban en la parte sur del templo y una...
Ezekiel 10:1–22