«En el tercer año del reinado de Belsasar, yo, Daniel, tuve otra visión. En ella, me veía en la ciudadela de Susa, en la provincia de Elam, junto al río Ulay. Me fijé, y vi ante mí un carnero con sus dos cuernos. Estaba junto al río, y tenía cuernos largos. Uno de ellos era más largo, y le había salido después.
»Me quedé observando cómo el carnero atacaba hacia el oeste, hacia el norte y hacia el sur. Ningún animal podía hacerle frente, ni había tampoco quien pudiera librarse de su poder....
Daniel 8:1–27