En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el SEÑOR dispuso el corazón del rey para que éste promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra del SEÑOR por medio del profeta Jeremías. Tanto oralmente como por escrito, el rey decretó lo siguiente:
«Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia:
»El SEÑOR, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en...
2 Chronicles 36:22–23