Así dice la Escritura:
«Miren que pongo en Sión
una piedra principal escogida y preciosa,
y el que confíe en ella
no será jamás defraudado.»
Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa; pero para los incrédulos,
«la piedra que desecharon los constructores
ha llegado a ser la piedra angular»,
y también:
«una piedra de tropiezo
y una roca que hace caer.»
Tropiezan al desobedecer la palabra,...
1 Peter 2:6–8