que guardes este mandato sin mancha ni reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, la cual Dios a su debido tiempo hará que se cumpla.
Al único y bendito Soberano,
Rey de reyes y Señor de señores,
al único inmortal,
que vive en luz inaccesible,
a quien nadie ha visto ni puede ver,
a él sea el honor y el poder eternamente. Amén.
1 Timothy 6:14–16