Cargando…

Romanos 2:17–3:9

La ley y el pueblo judío

17 Pero si tú, que llevas el nombre de judío y te apoyas en la ley; que te glorías en Diosa

18 y conoces Su voluntad; que apruebas las cosas que son esenciales1a, siendo instruido por la ley,

19 y te confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,

20 instructor1 de los necios, maestro de los faltos de madurez2; que tienes en la ley la expresión misma del conocimiento y de la verdada,

21 tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas1 que no se debe robar, ¿robasa?

22 Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que abominas a los ídolos, ¿saqueas templos?1a

23 Tú que te jactasa de la ley, ¿violando la ley deshonras a Dios?

24 Porque tal como está escrito: «El nombre de Dios es blasfemado entre los gentilesa por causa de ustedesb».

25 Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la ley, pero si eres transgresor de la leya, tu circuncisiónb se ha vuelto incircuncisión.

26 Por tanto, si el incircunciso1a cumple los requisitos de la leyb, ¿no se considerará su incircuncisión como circuncisiónc?

27 Y si el que es físicamente incircunciso guarda la ley, ¿no te juzgará a tia, que aunque tienes1 la letra de la ley y eres circuncidado2b, eres transgresor de la ley?

28 Porque no es judío el que lo es exteriormentea, ni la circuncisión es la externa, en la carne.

29 Pues es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritua, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Diosb.

¿Qué ventaja tiene el judío?

3 ¿Cuál es, entonces, la ventaja del judío? ¿O cuál el beneficio de la circuncisión?

2 Grande, en todo sentido. En primer lugar, porque a ellos les han sido confiados los oráculos1 de Diosa.

3 Entonces ¿qué? Si algunos fueron infieles1a, ¿acaso su infidelidad2 anulará la fidelidad de Dios?

4 ¡De ningún modoa! Antes bien, sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre sea hallado mentirosob; como está escrito:

«Para que seas justificado EN tus palabras,

Y venzas cuando seas juzgado1c».

5 Pero si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Diosa, ¿qué diremosb? ¿Acaso es injusto el Dios que expresa1 Su ira? Hablo en términos humanosc.

6 ¡De ningún modoa! Pues de otra manera, ¿cómo juzgaría Dios al mundob?

7 Pero si por mi mentira la verdad de Diosa abundó para Su gloria, ¿por qué también soy yo aún juzgado como pecadorb?

8 ¿Y por qué no decir, como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos: Hagamos el mal para que venga el biena? La condenación de los tales es justa.

Todos han pecado

9 ¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores1 que ellosa? ¡De ninguna manera! Porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecadob.

Leer más



Un servicio de Software Bíblico Logos