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Romanos 15:14–33

14 En cuanto a ustedes, hermanos míos, yo mismo estoy también convencido de que ustedes están llenos de bondada, llenos de todo conocimientob y capaces también de amonestarse los unos a los otros.

15 Pero les he escrito con atrevimiento sobre algunas cosas1, para así hacer que las recuerden otra vez, por la gracia que me fue dada por Diosa,

16 para ser ministro de Cristo Jesús a los gentilesa, ministrando a manera de sacerdote1 el evangelio de Diosb, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptablec, santificada por el Espíritu Santo.

17 Por tanto, en Cristo Jesús he hallado razón para gloriarmea en las cosas que se refieren a Diosb.

18 Porque no me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho1 por medio de mía para la obediencia de los gentiles, en palabra y en obra,

19 con el poder de señales1 y prodigiosa, en el poder del Espíritub de Dios, De manera que desde Jerusalénc y por los alrededores hasta el Ilíricod he predicado en toda su plenitud2 el evangelio de Cristo.

20 De esta manera me esforcé en anunciar el evangelioa, no donde Cristo ya era conocido1, para no edificar sobre el fundamento de otrob;

21 sino como está escrito:

«Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán,

y los que no han oido, entenderána».

Anhelo de Pablo de visitar Roma

22 Por esta razón muchas veces me he visto impedido de ir a ustedesa.

23 Pero ahora, no quedando ya1 más lugares2 para mí en estas regiones, y puesto que por muchos años he tenido un gran deseo de ir a ustedesa,

24 cuando vaya a Españaa los visitaré. Porque espero verlos al pasar y que me ayuden a continuar hacia alláb, después de que haya disfrutado un poco1 de su compañíac.

25 Pero ahora voy a Jerusaléna para el servicio de los santosb,

26 pues Macedoniaa y Acayab han tenido a bien hacer una colecta para los pobres de entre los santos que están en Jerusalén.

27 Sí, tuvieron a bien hacerlo, y a la verdad que están en deuda con ellos. Porque si los gentiles han participado de sus bienes espirituales, también están obligados a servir a los santos1 en los bienes materialesa.

28 Así que cuando haya cumplido esto y les haya entregado esta ofrenda1a, iré a España llegando de paso a verlosb.

29 Y sé que cuando vaya a ustedesa, iré en la plenitud de la bendición de Cristo.

30 Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritua, que se esfuercen juntamente conmigo en sus oraciones a Dios por míb,

31 para que sea libradoa de los que son desobedientes1 en Judea, y que mi servicio a Jerusalénb sea aceptable a los santosc,

32 y para que con gozo llegue a ustedesa por la voluntad de Diosb, y encuentre confortante reposo con ustedes.

33 El Dios de paz sea con todos ustedesa. Amén.

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