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Romanos 1:24–27

La consecuente corrupción del hombre

24 Por lo cual Dios los entregó a la impurezaa en la lujuria1 de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerposb.

25 Porque1 ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creadora, quien es bendito por los siglosb. Amén.

26 Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantesa; porque sus mujeres cambiaron la función natural1 por la que es contra la naturaleza.

27 De la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos1 hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravíoa.

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