Efesios 5:25–30
25 Maridos, amen a sus mujeresa, así como Cristo amó a la iglesia y se dio Él mismo por ellab,
26 para santificarlaa, habiéndola purificadob por el lavamiento del aguac con la palabrad,
27 a fin de presentársela a sí mismo, una1 iglesia en toda su gloria2, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculadaa.
28 Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se amaa.
29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo1, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia;