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Deuteronomio 4:44–26:19

44 Esta es, pues, la ley que Moisés puso delante de los israelitas.

45 Estos son los testimonios, los estatutos y las ordenanzas que Moisés dio1 a los israelitas cuando salieron de Egipto,

46 al otro lado del Jordán en el valle frente a Bet Peora, en la tierra de Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbónb, a quien Moisés y los israelitas derrotaron1 cuando salieron de Egipto.

47 Y tomaron posesión de su tierra y de la tierra de Og, rey de Basána, los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán hacia el oriente1,

48 desde Aroer, que está a la orilla del valle1 del Arnóna, hasta el monte Sión, es decir, Hermónb,

49 con todo el Arabá al otro lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, al pie1 de las laderas del monte Pisga.

Los Diez Mandamientos

5 Entonces llamó Moisés a todo Israel y les dijo: «Oye, oh Israel, los estatutos y ordenanzas que hablo hoy a oídos de ustedes, para que los aprendan y pongan por obra1.

2 »El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeba.

3 »No hizo el Señor este pacto con nuestros padres, sino con nosotrosa, con todos aquellos de nosotros1 que estamos vivos aquí hoy.

4 »Cara a cara el Señor hablóa con ustedes en el monte de en medio del fuegob,

5 mientras yo estaba en aquella ocasión entre el Señor y ustedes para declararles la palabra del Señora, porque temían a causa del fuego y no subieron al monteb. Y Él dijo1:

6 aYo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre1.

7 ”No tendrás otros dioses delante de1a.

8 ”No te harás ningún ídolo1, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierraa.

9 ”No los adorarás ni los servirás; porque Yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecena,

10 pero que muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan Mis mandamientosa.

11 ”No tomarás en vano el nombre del Señor tu Diosa, porque el Señor no tendrá por inocente a quien tome Su nombre en vano.

12 ”Guardarás el día de reposo para santificarlo, como el Señor tu Dios lo ha mandadoa.

13 ”Seis días trabajarás y harás todo tu trabajo,

14 mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Diosa; no harás en él ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el extranjero que está contigo1, para que tu siervo y tu sierva también descansen como tú.

15 ”Acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido; por tanto, el Señor tu Dios te ha ordenado que guardes el día de reposoa.

16 ”Honra a tu padre y a tu madrea, como el Señor tu Dios te ha mandado, para que tus días sean prolongados y te vaya bien en la tierra que el Señor tu Dios te dab.

17 ”No matarás1a.

18 ”No cometerás adulterioa.

19 ”No hurtarása.

20 ”No darás falso testimonio contra tu prójimoa.

21 ”No codiciarás la mujer de tu prójimo, y no desearása la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo”.

22 »Estas palabras habló el Señor a toda la asamblea de ustedes en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de las densas tinieblas con una gran voz, y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra y me las dioa.

23 »Y cuando ustedes oyeron la voz de en medio de las tinieblas, mientras el monte ardía con fuego, se acercaron a mí, todos los jefes1 de sus tribus y sus ancianos,

24 y dijeron: “El Señor nuestro Dios nos ha mostrado Su gloria y Su grandeza, y hemos oído Su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Dios habla con el hombre, y este aún vive.

25 ”Ahora pues, ¿por qué hemos de morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si seguimos oyendo la voz del Señor nuestro Dios, entonces moriremosa.

26 ”Porque, ¿qué hombre1 hay que haya oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego, como nosotros, y haya sobrevividoa?

27 ”Acércate tú, y oye lo que el Señor nuestro Dios dice; entonces dinos todo lo que el Señor nuestro Dios te diga, y lo escucharemos y lo haremos”.

28 »El Señor oyó la voz de las palabras de ustedes cuando me hablaron y el Señor me dijo: “He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado. Han hecho bien en todo lo que han dichoa.

29 ”¡Oh, si ellos tuvieran tal corazón que me temierana, y guardaran siempre todos Mis mandamientosb, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siemprec!

30 ”Ve y diles: ‘Vuelvan a sus tiendas’

31 ”Pero tú, quédate aquí conmigo, para que Yo te diga todos los mandamientos, los estatutos y los decretos que les enseñarása, a fin de que los cumplan en la tierra que les doy en posesión”.

32 »Así que cuiden de hacer tal como el Señor su Dios les ha mandado; no se desvíen a la derecha ni a la izquierdaa.

33 »Anden en todo el camino que el Señor su Dios les ha mandadoa, a fin de que vivan y les vaya bien, y prolonguen sus días en la tierra que van a poseerb.

Exhortaciones y advertencias

6 »Estos, pues, son los mandamientos, los estatutos y los decretos que el Señor su Dios me ha mandado que les enseñe, para que los cumplan en la tierra que van a poseer,

2 para que temas al Señor tu Dios, guardando todos Sus estatutos y Sus mandamientos que yo te ordenoa, tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vidab, para que tus días sean prolongados.

3 »Escucha, pues, oh Israel, y cuida1 de hacerlo, para que te vaya bien y te multipliques en gran maneraa, en una tierra que mana leche y mielb, tal como el Señor, el Dios de tus padres, te ha prometido.

4 »Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Diosa, el Señor uno esb.

5 »Amarás al Señor tu Diosa con todo tu corazón, con toda tu almab y con toda tu fuerza.

6 »aEstas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón.

7 »Las enseñarás diligentemente a tus hijosa, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.

8 »Las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias1 entre tus ojosa.

9 »Las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertasa.

10 »Y sucederá que cuando el Señor tu Dios te traiga a la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob, que te daría, una tierra con grandes y espléndidas ciudades que tú no edificastea,

11 y casas llenas de toda buena cosa que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivos que tú no plantaste, y comas y te saciesa;

12 entonces ten cuidado, no sea que te olvidesa del Señor que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre1.

13 »Temerás1 sólo al Señor tu Dios; y a El adorarás2a y jurarás por Su nombreb.

14 »No seguirán a otros diosesa, a ninguno de los dioses de los pueblos que los rodean,

15 porque el Señor tu Dios, que está en medio de ti, es Dios celosoa, no sea que se encienda la ira del Señor tu Dios contra ti, y Él te borre1 de la superficie de la tierra.

16 »No pondrán a prueba al Señor su Diosa, como lo hicieron en Masahb.

17 »Ustedes deben guardar diligentemente los mandamientos del Señor su Dios, y Sus testimonios y Sus estatutos que te ha mandadoa.

18 »Harás lo que es justo y bueno a los ojos del Señor, para que te vaya bien, y para que entres y tomes posesión de la buena tierra que el Señor juró que daría a tus padresa,

19 echando fuera a todos tus enemigos de delante de ti, como el Señor ha dicho.

20 »Cuando en el futuro tu hijo te pregunte: “¿Qué significan los testimonios y los estatutos y los decretos que el Señor nuestro Dios les ha mandado?”,

21 entonces dirás a tu hijo: “Nosotros éramos esclavos de Faraón en Egipto, y el Señor nos sacó de Egipto con mano fuertea.

22 ”Además, el Señor hizo grandes y temibles señales y maravillas delante de nuestros ojos contra Egipto, contra Faraón y contra toda su casa;

23 y nos sacó de allí para traernos y darnos la tierra que Él había jurado dar a nuestros padres”.

24 »Así que el Señor nos mandó que observáramos todos estos estatutos, y que temiéramos siempre al Señor nuestro Diosa para nuestro bien y para preservarnos la vidab, como hasta hoy.

25 »Y habrá justicia para nosotros si cuidamos de1 observar todos estos mandamientos delante del Señor nuestro Diosa, tal como Él nos ha mandado.

Advertencia contra la idolatría

7 »aCuando el Señor tu Dios te haya introducido en la tierra donde vas a entrar para poseerla y haya echado de delante de ti a muchas naciones: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, siete nacionesb más grandes y más poderosas que tú,

2 y cuando el Señor tu Dios los haya entregado delante de ti, y los hayas derrotado1, los destruirás por completo2a. No harás alianza con ellosb ni te apiadarás de ellosc.

3 »No contraerás matrimonio con ellos; no darás tus hijas1 a sus hijos2, ni tomarás sus hijas3 para tus hijos4a.

4 »Porque ellos apartarán1 a tus hijos2 de seguirme para servir a otros dioses; entonces la ira del Señor se encenderá contra ti, y Él pronto te destruiráa.

5 »Pero así harán ustedes con ellos: derribarán sus altares, destruirán sus pilares sagrados, y cortarán sus imágenes de Asera1, y quemarán a fuego sus imágenes talladasa.

Un Pueblo Santo para el Señor

6 »Porque tú eres pueblo santo para el Señor tu Diosa; el Señor tu Dios te ha escogido para ser pueblo Suyo1 de entre todos los pueblos que están sobre la superficie de la tierrab.

7 »El Señor no puso Su amor en ustedes ni los escogióa por ser ustedes más numerosos que otro pueblo, pues eran el más pequeño de todos los pueblos;

8 mas porque el Señor los amó y guardó el juramento que hizo a sus padresa, el Señor los sacó con mano fuerte y los redimió de casa de servidumbre1, de la mano de Faraón, rey de Egiptob.

9 »Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Diosa, el Dios fielb, que guarda Su1 pacto y Su2 misericordia hasta mil generaciones con aquellos que lo aman y guardan Sus mandamientosc;

10 pero al que lo odia, le da el pago en su misma cara, …

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