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Deuteronomio 31:9–34:12

Últimas disposiciones de Moisés

9 Moisés escribió esta ley y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto del Señora, y a todos los ancianos de Israel.

10 Entonces Moisés les ordenó: «Al fin de cada siete años, durante el tiempo del año de la remisión de deudasa, en la Fiesta de los Tabernáculos1b,

11 cuando todo Israel venga a presentarse delante del Señor tu Diosa en el lugar que Él escojab, leerás esta ley delante de todo Israel, a oídos de ellosc.

12 »Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al1 extranjero que está en tu ciudad2, para que escuchen, aprendan a temer al Señor tu Diosa, y cuiden de observar todas las palabras de esta ley.

13 »Y sus hijos, que no la conocen, la oirán y aprenderán a temer al Señor su Dios, mientras vivan en la tierra adonde ustedes1 van, cruzando al otro lado del Jordán para poseerla».

14 Entonces el Señor dijo a Moisés: «El tiempo de tu muerte está1 cercaa; llama a Josué y preséntense en la tienda de reuniónb para que Yo le dé mis órdenes». Fueron, pues, Moisés y Josué y se presentaron en la tienda de reunión.

15 El Señor se apareció en la tienda en una columna de nube, y la columna de nube se puso a la entrada de la tiendaa.

16 Y el Señor dijo a Moisés: «Mira, tú vas a dormir con tus padresa; y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses extranjeros de la tierrab en la cual va a entrar, y me dejará y quebrantará Mi pacto que hice con élc.

17 »Entonces Mi ira se encenderá contra él en aquel díaa; los abandonaréb y esconderé Mi rostro de ellosc. Será consumido, y muchos males y tribulaciones vendrán sobre él, por lo que dirá en aquel día: “¿No será porque mi Dios no está en medio de mí que me han alcanzado estos malesd?”.

18 »Pero ciertamente esconderé Mi rostro en aquel día por todo el mal que habrá hecho, pues se volverá a otros dioses.

19 »Ahora pues, escriban este cántico para ustedes, y tú, enséñaselo a los israelitas; ponlo en su boca, para que este cántico me sea por testigo contra los israelitasa.

20 »Porque cuando Yo los introduzca en la tierra que mana leche y miel, la cual juré a sus padres, y ellos coman y se saciena y prosperen1, se volverán a otros diosesb y los servirán, y me despreciarán y quebrantarán Mi pacto.

21 »Sucederá entonces que cuando muchos males y tribulaciones vengan sobre ellos, este cántico declarará contra1 ellos como testigo (pues no lo olvidarán los labios de sus descendientes2a). Porque Yo conozco el plan que ahora están tramando3 antes de que los traiga a la tierra que juré darlesb»

22 Y escribió Moisés este cántico aquel mismo día, y lo enseñó a los israelitasa.

23 Entonces el Señor nombró a Josué, hijo de Nun, y le dijoa: «Sé fuerte y valiente, pues tú llevarás a los israelitas a la tierra que les he juradob, y Yo estaré contigoc».

La ley es colocada junto al arca

24 Cuando Moisés terminó de escribir las palabras de esta ley en un libro, hasta su conclusión,

25 ordenó a los levitas que llevaban el arca del pacto del Señora:

26 «Tomen este libro de la ley y colóquenlo junto al arca del pacto del Señor su Dios, para que permanezca1 allí como testigo contra ustedes.

27 »Porque conozco su rebelióna y su obstinación1b; si estando yo hoy todavía vivo con ustedes, han sido rebeldes contra el Señor; ¿cuánto más lo serán después de mi muerte?

28 »Reúnan ante mí a todos los ancianos de sus tribus y a sus oficiales, para que hable estas palabras a sus oídos, y ponga a los cielos y a la tierra como testigos en su contraa.

29 »Porque yo sé que después de mi muerte se corromperán y se apartarán del camino que les he mandadoa; y el mal vendrá sobre ustedes en los postreros días, pues harán lo que es malo a la vista del Señor, provocándole a ira con la obra de sus manos».

30 Entonces Moisés habló a oídos de toda la asamblea de Israel las palabras de este cántico hasta terminarlas.

Cántico de Moisés

32 «Presten atención, oh cielos, y déjenme hablar;

Y oiga la tierraa las palabras de mi boca.

2 »Caiga como la lluvia mi enseñanzaa,

Y destile como el rocíob mi discurso,

Como llovizna sobre el verde prado

Y como aguacero sobre la hierba.

3 »Porque yo proclamo el nombre del Señora;

Atribuyan grandeza a nuestro Diosb.

4 »¡La Roca! Su obra es perfectaa,

Porque todos Sus caminos son justos1b;

Dios de fidelidadc y sin injusticia,

Justo y recto es Él.

5 »En forma pervertida se han1 portado con Él.

No son Sus hijosa, debido a los defectos de ellos;

Son una generación perversa y torcidab.

6 »¿Así pagan ustedes al Señor,

Oh pueblo insensato e ignorantea?

¿No es Él tu Padre que te comprób?

Él te hizoc y te estableció.

7 »Acuérdate de los días pasados;

Considera los años de todas las generaciones.

Pregunta a tu padre, y él te lo hará saber;

A tus ancianos, y ellos te lo dirána.

8 »Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia,

Cuando separó los hijos del hombre1a,

Fijó los límites de los pueblos

Según el número de los israelitasb.

9 »Pues la porción del Señor es Su pueblo;

Jacob es la parte de Su heredada.

10 »Lo encontró en tierra desierta,

En la horrenda1 soledad de un desiertoa;

Lo rodeó, cuidó de él,

Lo guardó como a la niña de Sus ojosb.

11 »Como un águila que despierta su nidada,

Que revolotea sobre sus polluelosa,

Extendió Sus alas y los tomób,

Los llevó sobre Su plumaje.

12 »El Señor soloa lo guió,

Y con él no hubo dios extranjerob.

13 »Lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra,

Y comió el producto del campoa;

Le hizo gustar1 miel de la peñab,

Y aceite del2 pedernalc,

14 Cuajada de vacas y leche de ovejas,

Con grasa de corderos,

Y carneros de raza de Basán y machos cabríos,

Con lo mejor del trigoa;

De la sangre de uvas bebiste vinob.

15 »Pero Jesurún1 engordó y dio coces

(has engordado, estás cebado y rollizoa);

Entonces abandonó a Diosb que lo hizoc,

Y despreció a la Roca de su salvación.d

16 »Lo provocaron a celos con dioses extrañosa,

Con abominaciones lo provocaron a irab.

17 »Ofrecieron sacrificios a demoniosa, no a Dios,

A dioses que no habían conocidob,

Dioses nuevosc que vinieron recientemente,

A los que los padres de ustedes no temieron.

18 »Despreciaste a la Rocaa que te engendró,

Y olvidaste al Dios que te dio a luzb.

19 »Y el Señor vio esto, y se llenó de ira1a

A causa de la provocación de Sus hijos y de Sus hijasb.

20 »Entonces Él dijo: “Esconderé de ellos Mi rostro,

Veré cuál será su fina;

Porque son una generación perversab,

Hijos en los cuales no hay fidelidadc.

21 -”Ellos me han provocado a celo con lo que no es Dios;

Me han irritadoa con sus ídolos1b.

Yo, pues, los provocaré a celos con los que no son un pueblo;

Los irritaré con una nación insensatac.

22 -”Porque fuego se ha encendido en Mi ira,

Que quema hasta las profundidades del Seol1a,

Consume la tierra con su frutob,

E incendia los fundamentos de los montes.

23 ”Amontonaré calamidadesa sobre ellos,

Emplearé en ellos Mis flechasb.

24 -”Serán debilitados por el hambre, y consumidos por la plaga1a

Y destrucción amargab;

Dientes de fieras enviaré sobre ellosc,

Con veneno de serpientes que se arrastran en el polvod.

25 -”Afuera traerá duelo la espadaa,

Y dentro el terror,

Tanto al joven como a la virgen,

Al niño de pecho como al hombre encanecidob.

26 -”Yo hubiera dicho: ‘Los haré pedazosa,

Borraré la memoria de ellos de entre los hombresb’,

27 Si no hubiera temido la provocación del enemigoa,

No sea que entendieran mal sus adversarios,

No sea que dijeran: ‘Nuestra mano ha triunfado1,

Y no es el Señor el que ha hecho todo esto’ ”.

28 »Porque son una nación privada1 de consejo,

Y no hay en ellos inteligenciaa.

29 »Ojalá que fueran sabios, que comprendieran estoa,

Que comprendieran su futuro1b.

30 »¿Cómo es que uno puede perseguir a mil,

Y dos hacer huir a diez mila,

Si su Roca no los hubiera vendidob,

Y el Señor no los hubiera entregado?

31 »En verdad, su roca no es como nuestra Roca;

Aun nuestros mismos enemigos así lo juzgan1a.

32 »Porque la vid de ellos es de la vid de Sodoma

Y de los campos de Gomorra;

Sus uvas son uvas venenosas,

Sus racimos, amargosa.

33 »Su vino es veneno de serpientes,

Y ponzoña mortal1 de cobras.

34 “¿No tengo Yo esto guardado conmigo,

Sellado en Mis tesorosa?

35 -”Mía es la venganza y la retribucióna;

A su tiempo el pie de ellos resbalaráb,

Porque el día de su calamidad está cercac,

Ya se apresura lo que les está preparado”.

36 »Porque el Señor vindicará a Su puebloa

Y tendrá compasión de Sus siervosb,

Cuando vea que su fuerza1 se ha ido,

Y que nadie queda, ni siervo ni libre.

37 »Entonces Él dirá: “¿Dónde están sus diosesa,

La roca en que buscaban refugio,

38 Que comían la grasa de sus sacrificios,

Y bebían el vino de su libacióna?

¡Que se levanten y los ayuden!

¡Que sean ellos su refugiob!

39 -”Vean ahora que Yo, Yo soy el Señor1a,

Y fuera de Mí no hay diosb.

Yo hago morir y hago vivirc.

Yo hiero y Yo sanod,

Y no hay quien pueda librare de Mi mano.

40 -”Ciertamente, alzo a los cielos Mi manoa,

Y digo: Como que vivo Yo para siempre,

41 Cuando afile Mi espada flameante1

Y Mi mano empuñe la justiciaa,

Me vengaré de Mis adversarios

Y daré el pago a los que me aborrecenb.

42 -”Embriagaré Mis flechasa con sangre,

Y Mi espada se hartará de carne,

De sangre de muertos y cautivosb,

De los jefes1 de larga cabellera del enemigo”.

43 »Regocíjense, naciones, con Su puebloa,

Porque Él vengará la sangre de Sus siervosb;

Traerá venganza sobre Sus adversariosc,

Y hará expiación por Su tierra y Su pueblod».

Se ordena a Moisés subir al monte Nebo

44 Entonces llegó Moisés y habló todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él, con Josué1, hijo de Nuna.

45 Cuando terminó Moisés de hablar todas estas palabras a todo Israel,

46 les dijo: «Fijen en su corazón todas las palabras con que les advierto1 hoya: ordenarán a sus hijos que obedezcan cuidadosamente2 todas las palabras de esta leyb.

47 »Porque no es palabra inútil para ustedes; ciertamente es su vidaa. Por esta palabra prolongarán sus días en la tierra adonde ustedes van, cruzando el Jordán a fin de poseerlab».

48 aEn aquel mismo día, el Señor le dijo a Moisés:

49 «Sube a estos montesa de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab …

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