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Deuteronomio 1:6–4:43

6 «El Señor nuestro Dios nos habló en Horeba y dijo: “Ustedes han permanecido1 bastante tiempo en este monte.

7 ”Vuélvanse; pónganse en marcha y vayan a la región montañosa de los amorreos, y a todos sus vecinos, en el Arabá, en la región montañosa, en el valle1a, en el Neguev2, y por la costa del mar, la tierra de los cananeos y el Líbano, hasta el gran río, el río Éufratesb.

8 ”Miren, he puesto la tierra delante de ustedes. Entren y tomen posesión de la tierra que el Señor juró dar a sus padres Abraham, Isaac y Jacob, a ellos y a su descendencia1 después de ellosa”.

Ayudantes para Moisés

9 »En aquel tiempo les hablé: “Yo solo no puedo llevar la carga de todos ustedesa.

10 ”El Señor su Dios los ha multiplicado y hoy son como las estrellas del cielo en multituda.

11 ”Que el Señor, el Dios de sus padres, los multiplique mil veces más de lo que son y los bendiga, tal como les ha prometido1a.

12 ”¿Cómo puedo yo solo llevar el peso y la carga de ustedes y sus pleitos?

13 ”Escojan1 de entre sus tribus hombres sabios, entendidos y expertos, y yo los nombraré como sus jefesa”.

14 »Entonces ustedes me respondieron: “Bueno es que se haga lo que has dicho”.

15 »Así que tomé a los principales1 de sus tribus, hombres sabios y expertos, y los nombré2 como dirigentes1 suyos: jefes de mil, de3 cien, de3 cincuenta y de3 diez, y oficiales para sus tribus.

16 »En aquella ocasión di órdenes a sus jueces y les dije: “Oigan los pleitos entre sus hermanos1, y juzguen justamentea entre un hombre y su hermano1, o el extranjero que está con él.

17 ”No mostrarán parcialidad en el juicio; lo mismo oirán al pequeño que al grandea. No tendrán temor del1 hombre, porque el juicio es de Diosb. El caso que sea muy difícil para ustedes, me lo traerán a mí, y yo lo oiréc”.

18 »En aquella misma ocasión les mandé todas las cosas que debían hacera.

Misión de los doce espías

19 »aEntonces salimos de Horebb y pasamos por todo aquel vasto y terrible desiertoc que ustedes vieron, camino de la región montañosa de los Amorreosd, tal como el Señor nuestro Dios nos había mandado, y llegamos a Cades Barneae.

20 »Y les dije: “Han llegado a la región montañosa de los amorreos que el Señor nuestro Dios nos va a dar.

21 ”Mira, Israel, el Señor tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma posesión de ella, como el Señor, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni te acobardesa”.

22 »Entonces todos ustedes se acercaron a mí, y dijeron: “Enviemos hombres delante de nosotros, que nos exploren la tierra, y nos traigan noticia1 del camino por el cual hemos de subir y de las ciudades a las cuales entraremosa”.

23 »Me agradó el plan1, y tomé a doce hombres de entre ustedes, un hombre por cada tribu.

24 »Ellos salieron1 y subieron a la región montañosa, y llegaron hasta el valle2 de Escol, y reconocieron la tierra3a.

25 »Entonces tomaron en sus manos del fruto de la tierra y nos lo trajeron; y nos dieron1 un informe y dijeron2: “Es una tierra buena que el Señor nuestro Dios nos da”.

26 »Sin embargo, ustedes no quisieron subira, y se rebelaron contra el mandato1 del Señor su Diosb.

27 »Murmuraron en sus tiendasa y dijeron1: “Porque el Señor nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos.

28 ”¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado1, diciendo: ‘El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anaca’ ”.

29 »Entonces yo les dije: “No teman ni les tengan miedo.

30 ”El Señor su Dios, que va delante de ustedes, Él peleará por ustedesa, así como lo1 hizo delante de sus ojos en Egipto

31 y en el desierto, donde has visto cómo el Señor tu Dios te llevó, como un hombre lleva a su hijoa, por todo el camino que anduvieron hasta llegar a este lugar”.

32 »Pero con todo esto1, ustedes no confiaron en el Señor su Diosa,

33 que iba delante de ustedes en el camino para buscarles lugar donde acampar, con fuego de noche y nube de díaa, para mostrarles el camino por donde debían andarb.

El castigo de Dios

34 »aEntonces el Señor oyó la voz de las palabras de ustedes, y se enojó y juró:

35 “Ninguno de estos hombres, esta generación perversa, verá la buena tierra que juré dar a sus padresa,

36 excepto Caleb, hijo de Jefone; él la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que ha pisado, pues él ha seguido fielmente al Señora”.

37 »El Señor se enojó también contra mí por causa de ustedesa y dijo: “Tampoco tú entrarás alláb.

38 ”Josué, hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímalea, porque él hará que Israel la poseab.

39 ”Además, en cuanto a los pequeños, que ustedes dijeron que vendrían a ser presaa, y sus hijos, que hoy no tienen conocimiento del bien ni del malb, entrarán allá, y a ellos les daré la tierra y ellos la poseerán.

40 ”Pero ustedes, vuélvanse y vayan hacia el desierto por el camino del Mar Rojo1a”.

41 »aEntonces ustedes respondieron: “Hemos pecado contra el Señor; nosotros subiremos y pelearemos tal como el Señor nuestro Dios nos ha mandado”. Y cada uno de ustedes se puso sus armas de guerra, y pensaron que era fácil subir a la región montañosa.

42 »Pero el Señor me dijo: “Diles: ‘No suban, ni peleen, pues Yo no estoy entre ustedes; para que no sean derrotados por1 sus enemigosa’ ”.

43 »Así les hablé, pero no quisieron escuchar. Al contrario, se rebelaron contra el mandamiento1 del Señor, y obraron con orgullo, y subieron a la región montañosaa.

44 »Los amorreos que moraban en aquella región montañosa salieron contra ustedes, y los persiguieron como lo hacen las abejasa, y los derrotaron1 desde Seir hasta Hormab.

45 »Entonces volvieron y lloraron delante del Señor, pero el Señor no escuchó su voz, ni les hizo casoa.

46 »Por eso ustedes permanecieron en Cades muchos días, los días1 que pasaron allía.

La Providencia del Señor

2 »Después nos volvimos y salimos hacia el desierto por el camino del Mar Rojo1a, como el Señor me había mandado2, y por muchos días dimos vueltas al3 monte Seirb.

2 »Entonces el Señor me habló:

3 “Ustedes han dado ya bastantes vueltas alrededor de este monte. Vuélvanse ahora hacia el norte,

4 y da orden al pueblo, diciendo: ‘Ustedes van a pasar por el territorio de sus hermanosa, los hijos de Esaú que habitan en Seirb, y ellos les tendrán miedoc. Así que tengan mucho cuidado;

5 no los provoquen1, porque no les daré nada de su tierra, ni siquiera la huella de un pie2, porque a Esaú he dado el monte Seir por posesióna.

6 ’Les comprarán con dinero los alimentos para comer, y también con dinero comprarán de ellos agua para beber.

7 ’Pues el Señor tu Dios te ha bendecido en todo lo que has hecho1; Él ha conocido tu peregrinar2 a través de este inmenso desiertoa. Por3 cuarenta añosb el Señor tu Dios ha estado contigo; nada te ha faltado’ ”.

En camino de Cades a Zered

8 »Pasamos, pues, de largo a nuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seir, lejos del camino del Arabáa, lejos de Elat y de Ezión Geberb. Y nos volvimos, y pasamos por el camino del desierto de Moab.

9 »Entonces el Señor me dijo: “No molestes a Moab, ni los provoques a la guerra, porque no te daré nada de su tierra por posesión, pues he dado Ara a los hijos de Lotb por posesión.

10 (Antes habitaban allí los emitasa, un pueblo tan grande, numeroso y alto como los anaceos.

11 Como los anaceos, ellos también son considerados gigantes1a, pero los moabitas los llaman emitas.

12 Los horeos habitaban antes en Seir, pero los hijos de Esaú los desalojaron y los destruyeron delante de ellos, y se establecieron1 en su lugara, tal como Israel hizo con la tierra que el Señor les dio en posesiónb).

13 ”Levántense ahora, y crucen el torrente de Zered”, dijo el Señor. Y cruzamos el torrente de Zered.

14 »El tiempo que nos llevó para venir1 de Cades Barnea, hasta que cruzamos el torrente de Zered, fue de treinta y ocho añosa; hasta que pereció toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamentob, como el Señor les había juradoc.

15 »Además, la mano del Señor fue contra ellos, para destruirlos de en medio del campamento, hasta que todos perecierona.

16 »Cuando todos los hombres de guerra ya habían perecido de entre el puebloa,

17 el Señor me habló:

18 “Tú cruzarás hoy por Ar la frontera de Moaba.

19 ”Y cuando llegues frente a los amonitasa, no los molestes ni los provoques, porque no te daré en posesión nada de la tierra de los amonitas, pues se la he dado a los hijos de Lot por heredadb”.

20 (Esta región es también conocida como la tierra de los gigantes1a, porque antiguamente habitaban gigantes en ella1, a los que los amonitas llaman zomzomeos,

21 pueblo grande, numeroso y alto como los anaceos, pero que el Señor destruyó delante de ellos. Y los amonitas los desalojaron y se establecieron en su lugar,

22 tal como Dios hizo con1 los hijos de Esaú, que habitan en Seira, cuando destruyó a los horeos delante de ellos; y ellos los desalojaron, y se establecieron en su lugar hasta hoyb.

23 Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gazaa, los caftoreos1b, que salieron de Caftor2c, los destruyeron y se establecieron en su lugar).

24 “Levántense; pónganse en marcha y pasen por el valle1 del Arnóna. Mira, he entregado en tu mano a Sehón amorreo, rey de Hesbón, y a su tierra; comienza a tomar posesión y entra2 en batalla con él.

25 ”Hoy comenzaré a infundir1 el espanto y terror tuyoa sobre2 los pueblos debajo del cielo3, quienes, al oír tu fama, temblarán y se angustiarán a causa de tib”.

Conquista de Sehón

26 »aEntonces, desde el desierto de Cademot, envié mensajeros a Sehón, rey de Hesbón, con palabras de paz, diciéndole:

27 “Déjeme pasar por su tierra; solamente iré por el camino, sin apartarme ni a la derecha ni a la izquierda.

28 ”Me venderá comestibles por dinero para que yo pueda comer, y me dará agua por dinero para que pueda beber; déjeme tan solo pasar a pie1a,

29 tal como hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitan en Seir y los moabitas que habitan en Ara, hasta que cruce el Jordán a la tierra que el Señor nuestro Dios nos da”.

30 »Pero Sehón, rey de Hesbón, no …

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