2 Corintios 10:4–6
4 Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Diosa para la destrucción de fortalezasb;
5 destruyendo especulaciones1 y todo razonamiento altivo2a que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristob,
6 y estando preparados para castigar toda desobediencia cuando la obediencia de ustedes sea completaa.
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