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1º Samuel 26:7–11

7 David y Abisai llegaron de noche al campamento1. Saúl estaba durmiendo en medio del campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera, y Abner y la gente estaban acostados alrededor de él.

8 Entonces Abisai dijo a David: «Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tu mano. Ahora pues, déjame clavarlo a1 la tierra de un solo golpe; no tendré que darle por segunda vez»

9 Pero David dijo a Abisai: «No lo mates, pues, ¿quién puede extender su mano contra el ungido del Señor y quedar sin castigoa?».

10 Dijo también David: «Vive el Señor, que ciertamente el Señor lo heriráa, o llegará el día en que muerab, o descenderá a la batalla y perecerác.

11 »No permita el Señor que yo extienda mi mano contra el ungido del Señor; pero ahora, te ruego, toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonosa».

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