Cargando…

Salmo 119:114–147

114 Tú eres mi escondederoa y mi escudob;

en tu palabra esperoc.

115 Apartaos de mí, malhechoresa,

para que guarde yo los mandamientos de mi Diosb.

116 Sostenme conforme a tu promesa1, para que vivaa,

y no dejes que me avergüenceb de mi esperanza.

117 Sostenme, para estar seguroa,

y que continuamente preste atención a tus estatutosb.

118 Has rechazado1 a todos los que se desvían de tus estatutosa,

porque su engaño es en vano2.

119 Como escoriaa has quitado1 de la tierra a todos los impíos,

por tanto amo tus testimoniosb.

120 Mi carne se estremece por temor a tia,

y de tus juicios tengo miedob.

Ayin.

¶121 He practicado el juicio y la justiciaa;

no me abandones a mis opresores.

122 Sé fiadora de tu siervo para bien;

que no me opriman los soberbiosb.

123 Desfallecen mis ojosa por tu salvación,

y por la promesa1 de tu justicia.

124 Haz con tu siervo según tu misericordiaa,

y enséñame tus estatutosb.

125 Yo soy tu siervoa, dame entendimientob

para que conozca tus testimonios.

126 Es tiempo de que actúe el Señora,

porque han quebrantado tu ley.

127 Por tanto, amo tus mandamientosa

más que el oro, sí, más que el oro fino.

128 Por tanto, estimo rectos todos tus preceptos acerca de todas las cosasa,

y aborrezco todo camino de mentirab.

Pe.

¶129 Maravillososa son tus testimonios,

por lo que los guarda mi almab.

130 La exposición de tus palabras imparte luza;

da entendimiento a los sencillosb.

131 Abrí mi bocaa y suspiré1b,

porque anhelabac tus mandamientos.

132 Vuélvete a mí y tenme piedada,

como acostumbras con los que aman tu nombre.

133 Afirma mis pasosa en tu palabra1,

y que ninguna iniquidad me domineb.

134 Rescátame de la opresión del hombrea,

para que yo guarde tus preceptos.

135 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervoa,

y enséñame tus estatutosb.

136 Ríos de lágrimas1 vierten mis ojosa,

porque ellos no guardan tu leyb.

Tsade.

¶137 Justo eres tú, Señora,

y rectos tus juicios.

138 Has ordenado tus testimonios con justiciaa,

y con suma fidelidadb.

139 Mi celo me ha consumido1a,

porque mis adversarios han olvidado tus palabras.

140 Es muy pura1 tu palabra2a,

y tu siervo la amab.

141 Pequeño soy, y despreciadoa,

mas no me olvido de tus preceptosb.

142 Tu justicia es justicia eterna,

y tu ley verdada.

143 Angustia y aflicción han venido sobre mí1,

mas tus mandamientos son mi deleitea.

144 Tus testimonios son justosa para siempre;

dame entendimiento para que yo vivab.

Cof.

¶145 He clamado con todo mi corazóna; ¡respóndeme, Señor!

Guardaré tus estatutosb.

146 A ti clamé; sálvamea,

y guardaré tus testimonios.

147 Me anticipo al alba y clamoa;

en tus palabras espero1.

Leer más



Un servicio de Software Bíblico Logos