Nadab y Abiú, hijos de Aaróna, tomaron sus respectivos incensariosb, y después de poner en ellos fuego y echar incienso sobre él, ofrecieron delante del Señor fuego extraño, que Él no les había ordenado.
2 Y de la presencia del Señor salió fuego que los consumió, y murieron delante del Señora.