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Isaías 1:2–9

2 Oíd, cielosa, y escucha, tierrab,

porque el Señor habla:

Hijosc crié y los hice crecer,

mas ellos se han rebelado contra míd.

3 El buey conoce a su dueño

y el asno el pesebre de su amo;

pero Israel no conocea,

mi pueblo no tiene entendimientob.

¶4 ¡Ay, nación pecadora,

pueblo cargado de iniquidad,

generación1 de malvadosa,

hijos corrompidosb!

Han abandonado al Señorc,

han despreciado al Santo de Israeld,

se han apartado de Él2.

¶5 ¿Dónde más seréis castigados?

¿Continuaréis en rebelióna?

Toda cabeza está enfermab,

y todo corazón desfallecido.

6 De la planta del pie a la cabezaa

no hay en él nada sanob,

sino golpes, verdugones y heridas recientes;

no han sido curadas1, ni vendadasc,

ni suavizadas con aceite.

¶7 Vuestra tierra está desoladaa,

vuestras ciudades quemadas por el fuego,

vuestro suelo lo devoran los extraños delante de vosotros,

y es una desolación, como destruida por extraños.

8 Y la hija de Sión ha quedado como cobertizo en una viña,

como choza en un pepinar, como ciudad sitiada.

9 Si el Señor de los ejércitosa

no nos hubiera dejado algunos sobrevivientesb,

seríamos como Sodoma,

y semejantes a Gomorrac.

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